Tras la publicación de mi post Por qué no puedo aceptar pedidos de un día para otro, viene una nueva disertación: por qué intento no dar presupuestos ni mandar bocetos por mail.

A ver, voy a intentar poner orden y sentido sin ser irrespetuosa con nadie e intentando explicar muy bien mi punto de vista. La experiencia es un grado y, desgraciadamente, de ella aprendemos. O tal vez no. Porque dicen por ahí eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Ya te digo…

 07

 
Designed by Freepik

 

Desde que mi odisea sweetmamiana empezó, son muchos los emails que he recibido solicitando presupuesto e información. Está claro que los reciba, por dos motivos:

  1. En mi página web no informo sobre los precios de mis tartas. Y no lo hago porque cada una de ellas es distinta. Presupuesto cada proyecto sabiendo la dificultad, el diseño, el número de raciones y la técnica. Por eso me es imposible establecer un número por ración único ni tener una tabla de precios. Todo es muy variable.
  2. Tampoco doy un número de teléfono. Y no lo hago porque la mayor parte de las veces si estoy cocinando, o con las manos embadurnadas no puedo contestar el teléfono. Además, todo lo que queda por mail es más fácil luego de revisar. Queda constancia.

Con ello quiero decir que para mí el email es una herramienta súper útil. Pero una herramienta que se puede convertir en una arma peligrosa, según se mire. Y ahora voy a intentar explicarlo.

  • El trabajo detrás de un presupuesto, de un boceto. Cada vez que recibes un mail pidiendo un precio para una mesa dulce o para un evento especial como una boda, el cliente debe entender que hay un trabajo de diseño e investigación unido al precio. No es lo mismo un pastel con una cascada de flores de azúcar que una naked cake y, por tanto, el precio será distinto. Hay que dedicarle un tiempo y un estudio, y eso es importante. Yo para proyectos grandes hago bocetos, busco referencias, hago un documento. Al principio, fruto de mi buena voluntad y de las ganas de hacer cosas, compartía ese trabajo por mail. Ahora intento no hacerlo hasta haber tenido una reunión personal y haber cerrado el proyecto. Porque ese tiempo invertido es mío y esa creación son mías también. Cuando un arquitecto te hace unos planos para una reforma jamás te los manda por mail. Pues esto es más o menos lo mismo.
  • Hablando se entiende la gente. Otro motivo por el que no me gusta es porque muchas ocasiones las cosas hay que explicarlas. Sobre todo porque mucha gente no sabe o desconoce el trabajo que hay detrás de ciertos proyectos. Yo he pasado muchos precios por mail. Y en más de la mitad de las ocasiones no he recibido respuesta. Sé que muchas veces les debe parecer carísimo, pero si no hay comunicación pues es complicado poder llegar a un acuerdo. Por eso prefiero quedar. Cuando alguien ve un precio al otro lado de la línea, no sé qué piensa. Y menos si no me contesta. Ahí poco puedo hacer.
  • Es que no tengo tiempo para quedar…. Y es verdad, porque a mí me pasa lo mismo. Muchas veces la persona al otro lado no tiene tiempo y necesita hacer una criba previa vía mail. Lógico y natural. Pero, ¿sabéis que pasa? Que por culpa de unos pocos acaban pagando otros. Y al final no sabes dónde poner el límite. Hace unos meses me contactaron para presupuestar una mesa dulce para una boda. Lo tenían todo muy claro. Sabían exactamente lo que querían, cuantas raciones, qué estilo, todo. Nos intercambiamos varios mails y siempre fue una conversación agradable y amena. En el momento que tuve el proyecto presupuestado y le propuse quedar, me pidió amablemente que se lo adelantara por mail, que tenía que viajar, que no podía… Al final sucumbí y se lo mandé. Jamás obtuve ninguna respuesta más. Le mandé dos mails más preguntando. Nada. Y al cabo de unos meses ví su boda en un blog y ví su mesa dulce. Y allí había alguna cosa que me sonaba familiar. No sé lo que pasó. Lo que sí es cierto que por culpa de estas acciones luego tenemos que actuar con pies de plomo y me da mucha pena. Cuando le dices a una novia que no se puede llevar el boceto para enseñárselo a su madre porque estás intentado evitar que te plagien es bastante violento porque parece ser que la estés culpando a ella directamente. Pero es que al final por las malas artes de algunos debemos ser precavidos, y eso, a mí, me da pone muy triste.
  • Mails sospechosos. También en alguna ocasión he recibido mails que por la manera de estar redactados, por la manera de enfocar ciertas preguntas, sé que no son de una clienta sino de alguien de la competencia que me quiere cribar. Desde aquí os digo que me preguntéis directamente, sería mucho más honesto y sabéis que os contestaré. Tenéis grupos en Facebook donde podéis encontrar ayuda y referencias. No es necesario actuar de este modo.
  • Educación ante todo. Eso sí. Exigiendo, o con malas formas, o con malas contestaciones, complicado. Yo intento siempre ser muy respetuosa, y espero lo mismo.

Dicho esto, que sepáis que sigo mandando muchos presupuestos por mail

Porque pienso que la mayoría de la gente actúa de buena fe.

Porque pienso que muchos de los mails no contestados son porque alguien al otro lado no sabe muy bien cómo decirme que es más caro de lo que se esperaban.

Porque pienso que obligar a la gente a desplazarse a veces tiene un punto egoísta.

En fin. Seguiré haciendo lo que buenamente pueda. Al final, no nos queda otra, ¿verdad?

Y desde el más profundo agradecimiento mando un beso a todos y todas los que me habéis contratado en estos meses. Sois LO MÁS.