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¿Conocéis las drip cakes? Son estas tartas super locas en las que chorrea algo, y hay miles de chuches, dulces, chocolates y otras cosas ricas decorándolas. Parece ser que la australiana Katherine Sabbath es la creativa pastelera que las hizo tan populares, y desde entonces ya son todo un fenómeno.

El pasado sábado fuimos invitados a un 18 cumpleaños y me pareció el evento ideal para realizar una de estas creaciones. Para ello tuve que planificar con tiempo para ir preparando toda la decoración:

  • Hice una plancha de chocolate blanco a la que añadí sprinkles, pistachos y frutos rojas deshidratados. La dejé enfriar y luego la partí  en trozos irregulares para poderlos clavar en la tarta.
  • Preparé también merenguitos que hice con distintas boquillas y añadiendo distintos colorantes para tener muchas opciones distintas.
  • Por supuesto, macarons!!! Qué bonitos quedan!!
  • Y por supuesto el chocolate para darle el efecto drip o de chorreo. Tened en cuenta que el chocolate no se va teñir bien con los colorantes para fondant, siempre que queráis un color vibrante y definido es necesario que tengáis colorante alimenticio especial para chocolate. Para que los chorros queden de esta manera controlada, que unos sean más largos y otros más cortos, metemos los pisos del pastel unos minutos en el congelador para que se enfríen. Mientras calentamos el choco blanco, lo teñimos y lo metemos en un biberón. Sacamos el pastel del congelador, colocamos el bizcocho en un disco giratorio y con el biberón vertical en el borde del pastel, apretamos lentamente hasta que tengamos el chorro de la longitud que queremos. Como tenemos el bizcocho frío, el chocolate se enfría inmediatamente quedando el efecto bote de pintura.

 

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Y este es el resultado. Una tarta mega loca pero absolutamente ideal. ¿A que sí?