El otro día me pasó una cosa de lo más curiosa. Me llama una persona a media tarde y me dice que quiere una tarta en forma de número 40 para el día siguiente. Le empiezo a explicar que no puede ser y me contesta «¿y quién me lo puede hacer si tu no puedes?». Le digo que es muy justo que no creo que nadie se lo pueda hacer en tan poco tiempo y me colgó el teléfono a mitad explicación. Vale. Igual esta persona estaba un pelín nerviosita porque vio que se quedaba sin tarta, cosa que no la excusa ya que la buena educación es algo que nunca debe faltar. Pero lo que es cierto es una cosa: cuando digo que necesito que me encarguéis las tartas como mínimo con una semana de antelación (y ya es muy justo) mucha gente se sorprende.

Así que hoy mi post va a intentar explicar esto. Vamos allá.

 

 

  • Pues muy fresco no será… Cuando vamos a encargar un pastel a una pastelería tradicional queremos que sea del día, que esté acabadito de hacer. Por eso muchos decidimos encargarlo el día de antes, para asegurarnos que está jugoso, esponjoso… Es una sensación que va muy asociada al pan. El pan ha de ser del día porque si no ya no es bueno, está pasado. Pero con los pasteles no suele pasar lo mismo. Un bizcocho acabado de hacer es mejor no comerlo directamente, sobre todo si usamos levadura natural. Hemos de dejar que la levadura siga su proceso. Siempre es mejor comerlo de un día para otro. OJITO, que con esto NO quiero decir que yo haga el bizcocho una semana antes. Pero sí que necesito tiempo desde que lo hago, hasta que lo relleno, hasta que lo cubro con ganache y hasta que lo cubro con fondant. Para esto se necesitan tiempos largos de espera que para nada le quitan frescura, jugosidad y exquisitez al pastel. Aquí lo explicaba con mayor detenimiento. Por eso NO puedo hacer un pastel fondant de un día para otro.
  • Yo no soy como los programas de la tele. Yo trabajo sola. No soy una Paris con 10 o 15 personas trabajando para mí. Así que tengo que coordinar mis tiempos sabiendo lo que puedo o no puedo asumir. Siempre sé la cantidad de trabajo que puedo coger en una semana para que cada uno de los pedidos tenga la calidad y el nivel de acabado y detalle que se marece.
  • Una agenda que cumplir. Esta es otra. Hay mucha gente que me llama con mucho tiempo de antelación para bloquearme el día que le interesa. Por eso cuando más cerca estemos del día de la celebración, más difícil será que pueda decir que sí. También es cierto que hay semanas que están a tope y semanas que no. Eso nunca se sabe. Hay veces que me llamáis con 3 o 4 días de antelación y puedo decir que sí. Pero muchas otras veces será que no, sintiéndolo mucho. Luego está la otra cara de la moneda como mi querida Caro que me llama como seis meses antes 😉
  • Previsión, diseño, materiales. Mucha gente se olvida de que estos pasteles llevan un diseño asociado, sea un pastel de boda para 200 personas, o un pastel de cumple para 10. Siempre hay un diseño. Y eso lleva tiempo. También dependerá mucho de la persona a la que le pidáis el pastel. Hay gente que tiene como un catálogo ya prediseñado y te dan a elegir. Yo no soy así. Prefiero personalizar cada pastel (bueno, si el cliente quiere, hay veces que ya te dan el diseño más o menos hecho). Pero siempre se puede aportar. Además, dependiendo del diseño, puede ser que te des cuenta de que necesitas comprar algún material o herramienta que en ese momento no tienes. Por eso la previsión es fundamental.
  • Decoración. Los modelados y las flores necesitan tiempo. Tiempo de manipulación y tiempo de secado. Y eso sí que lo podemos empezar con días de antelación porque no se estropea ni se pasa.

Así pues, estos son los motivos por los que, sintiéndolo en el alma, no puedo aceptar pedidos de un día para otro. Tenía necesidad de acabar mi explicación 🙂

Y si tenéis en mente encargar un pastel fondant para vuestra próxima celebración, sed previsores y encargadlo con tiempo. No sea cosa que por h o por b os quedéis al final sin pastel.

Sweet kisssssesssssssssss!